Monitorización

Asegura el confort y la salud de tu edificio

En ZEROCEM, usamos análisis basados en investigaciones científicas y estándares internacionales, alineándonos con herramientas como WELL, FITWEL y RESET para asegurar condiciones óptimas para vivir y trabajar de forma saludable. Combinamos simulación avanzada, monitorización en tiempo real y gemelos digitales para obtener datos precisos y actualizados del ambiente. Trabajamos para conseguir un balance más positivo entre:

Calidad del aire

Supervisamos la calidad del aire para garantizar un entorno saludable y seguro. En ZEROCEM comprendemos la importancia de un aire limpio para el bienestar de los ocupantes y el personal de obra. Nuestra tecnología de monitorización de calidad del aire mide en tiempo real la presencia de partículas contaminantes, compuestos orgánicos volátiles (COV), dióxido de carbono (CO₂), monóxido de carbono (CO), y otros contaminantes clave que pueden afectar la salud y el confort. Este monitoreo constante nos permite identificar posibles fuentes de contaminación y tomar decisiones informadas para mejorar la ventilación y reducir la exposición a agentes nocivos. Además, generamos reportes detallados que ayudan a cumplir con regulaciones ambientales y estándares de calidad del aire, asegurando que cada proyecto ofrezca un espacio interior seguro, saludable y alineado con las mejores prácticas de sostenibilidad.

Confort térmico

Aseguramos niveles óptimos de confort térmico para el bienestar y la productividad de los ocupantes. Sabemos que el confort térmico es clave tanto en los procesos de construcción como en el uso final del espacio. Nuestro sistema de monitorización evalúa y controla parámetros como la temperatura, la humedad relativa y la velocidad del aire, factores que afectan directamente la comodidad y el rendimiento de las personas. Con datos en tiempo real, podemos ajustar los sistemas de climatización para mantener una temperatura y humedad óptimas, evitando el consumo excesivo de energía y minimizando la huella de carbono del proyecto. Al final del proceso, nuestros informes detallados contribuyen a que el edificio cumpla con altos estándares de confort, eficiencia y sostenibilidad, proporcionando a sus ocupantes un espacio agradable y respetuoso con el medio ambiente.

Consumo de energía

Medimos y optimizamos el consumo energético para una construcción más eficiente y ecológica. La eficiencia energética es fundamental en cualquier proyecto de construcción sostenible. Llevamos a cabo una monitorización continua del consumo de energía, proporcionando datos detallados sobre el uso de electricidad, gas y otros recursos energéticos en cada etapa del proyecto. Con esta información, podemos identificar áreas de consumo excesivo, proponer ajustes en tiempo real y optimizar el rendimiento de los sistemas eléctricos y de climatización. Además, nuestros análisis de consumo energético permiten realizar mejoras significativas que se traducen en ahorros a largo plazo y en la reducción de la huella de carbono de la obra. Al implementar un control exhaustivo del consumo, apoyamos a tu proyecto en su transición hacia una operación energéticamente eficiente y alineada con los objetivos de sostenibilidad.

Emisiones

Controlamos las emisiones para reducir el impacto ambiental de cada proyecto. Nuestro objetivo es minimizar las emisiones contaminantes y de gases de efecto invernadero generadas en los proyectos de construcción. A través de sistemas avanzados de monitorización, medimos en tiempo real las emisiones de CO₂, óxidos de nitrógeno (NO) y otros compuestos que contribuyen al cambio climático y a la contaminación del aire. Nuestros sistemas de control de emisiones permiten evaluar el impacto ambiental y desarrollar estrategias para reducir la liberación de gases dañinos. Además, proporcionamos informes detallados que apoyan la transparencia y el cumplimiento de las normativas ambientales, y ofrecemos recomendaciones para disminuir las emisiones en futuras fases del proyecto o en operaciones similares.

Monitorización del aire en edificios: Un enfoque integral para ambientes saludables

¿Sabías que en un análisis de costes de una empresa de servicios, el 90% corresponde al laboral, el 7% al inmobiliario, y el 3% a los consumos de operación?.

La monitorización en interiores es un proceso clave para ayudar a crear espacios saludables y confortables, donde la calidad del aire es una prioridad. A través de herramientas diseñadas para este fin y tecnologías avanzadas, medimos varios parámetros clave que pueden impactar el bienestar y la productividad en los edificios. Podemos garantizar así la salud y el rendimiento de los ocupantes mediante el control exhaustivo de la calidad del aire monitoreando hasta 10 parámetros diferentes, entre los que se incluyen:

Partículas en suspensión

Las partículas en suspensión pueden ser tanto sólidas como líquidas, flotan en el aire y son tan pequeñas que pueden ser inhaladas. Pueden ser de origen natural, como polvo o polen, o estar relacionadas con actividades humanas, como las emisiones de los vehículos y los procesos industriales.

En la monitorización de la calidad del aire interior, medimos principalmente las fracciones más finas:

  • PM10: Partículas de menos de 10 micras, capaces de entrar en el sistema respiratorio superior.
  • PM2.5: Partículas de menos de 2.5 micras, que pueden penetrar profundamente en los pulmones y llegar hasta el torrente sanguíneo.

La exposición prolongada a niveles elevados de PM2.5 está asociada con enfermedades respiratorias y cardiovasculares, mientras que niveles elevados de PM10 pueden agravar problemas en personas con asma o alergias. Nuestro sistema de monitorización detecta variaciones en los niveles de partículas en tiempo real, lo que permite tomar decisiones informadas para mejorar la calidad del aire y reducir los riesgos para la salud.

Contenido de formaldehído

El formaldehído es un compuesto químico ampliamente utilizado en la fabricación de materiales de construcción y productos de consumo, como muebles, tableros de partículas, resinas, adhesivos y productos de limpieza. Es un gas incoloro con un olor fuerte, y una exposición prolongada o intensa puede causar irritación en ojos, nariz y garganta, además de posibles efectos crónicos.

Para prevenir estos riesgos, monitorizamos los niveles de formaldehído en interiores. Mediante sensores de alta precisión, detectamos incluso las concentraciones mínimas, ya que el formaldehído tiende a acumularse en ambientes cerrados. Nuestra monitorización permite mantener los niveles de formaldehído dentro de los rangos seguros y tomar medidas de ventilación y limpieza para evitar la acumulación de este contaminante.

Compuestos orgánicos

Los compuestos orgánicos volátiles, conocidos como COV, son una amplia variedad de sustancias químicas que pueden evaporarse fácilmente y liberarse al aire en temperaturas normales. Los COV provienen de productos comunes en interiores, como pinturas, barnices, productos de limpieza, y ciertos materiales de construcción y decoración. Entre los COV, algunos de los más conocidos son el benceno, el tolueno, el xileno y el propio formaldehído.

La presencia de COV en ambientes cerrados puede provocar irritaciones y efectos negativos en el sistema respiratorio y en la salud en general, especialmente cuando las concentraciones son elevadas o la exposición es prolongada. Además, los COV también pueden contribuir a la formación de ozono a nivel del suelo, lo cual es perjudicial para la salud.

Al monitorear los COV, podemos ayudar a identificar fuentes de contaminación y recomendar medidas correctivas, como mejoras en la ventilación o en los materiales utilizados en los espacios.

Radón y otros gases nocivos

El radón es un gas radiactivo, perteneciente al grupo de los gases nobles. Es de origen natural y proviene de la descomposición del uranio en el suelo y las rocas. Este gas es incoloro, inodoro e insípido, lo que lo hace indetectable sin equipos especializados. Cuando el radón se filtra desde el suelo y se acumula en espacios cerrados, representa un riesgo considerable para la salud, ya que la exposición prolongada es una de las principales causas de cáncer de pulmón en personas no fumadoras.

Además del radón, existen otros gases nocivos que pueden encontrarse en ambientes interiores, como el amoníaco y el ozono. Estos gases, en concentraciones elevadas, pueden afectar el sistema respiratorio y causar problemas de salud a largo plazo. Mediante nuestra tecnología de monitorización, detectamos la presencia de radón y otros gases peligrosos, permitiendo tomar medidas preventivas o correctivas para proteger a los ocupantes de los edificios.

Monóxido y dióxido de carbono

El monóxido de carbono (CO) es un gas tóxico, incoloro e inodoro que se produce por la combustión incompleta de materiales como el gas natural, el carbón y la madera. En espacios cerrados, los niveles de CO pueden aumentar debido a fallos en equipos de calefacción, estufas, hornos o sistemas de ventilación deficientes. La inhalación de CO impide el transporte adecuado de oxígeno en el cuerpo, lo que puede causar síntomas como mareos, náuseas e incluso la muerte en altas concentraciones.

El dióxido de carbono (CO₂), por su parte, es un gas menos peligroso en pequeñas cantidades, pero también puede afectar la salud y el confort en concentraciones elevadas. En espacios mal ventilados, el CO₂ se acumula rápidamente debido a la respiración humana, lo que puede provocar fatiga, dolor de cabeza y una menor capacidad de concentración. La monitorización de CO₂ es especialmente importante en lugares con alta densidad de personas, como oficinas y aulas, para mantener una ventilación adecuada que garantice un ambiente saludable.

Nuestros sistemas de monitorización miden continuamente los niveles de CO y CO₂, proporcionando alertas inmediatas en caso de concentraciones peligrosas o que puedan afectar el bienestar, y ayudando a mantener un ambiente seguro y saludable.

Temperatura y calidad del aire

La temperatura en el interior de un edificio influye directamente en la comodidad y el rendimiento de las personas. Sin embargo, la temperatura también interactúa con la calidad del aire, ya que los cambios de temperatura pueden influir en la concentración de ciertos contaminantes en el aire y en la circulación del mismo en el espacio.

Junto con la temperatura, medimos la humedad relativa y otros factores que afectan el «confort térmico». Una temperatura inadecuada o un ambiente demasiado seco o húmedo pueden hacer que un espacio sea incómodo e incluso poco saludable. La monitorización de estos parámetros permite ajustar los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC) para optimizar el confort, mejorar la circulación del aire y minimizar la acumulación de contaminantes en interiores.

Temperatura radiante emitida

La temperatura radiante es la medida de la radiación térmica que emiten las superficies dentro de un espacio, como las paredes, techos, ventanas y suelos. A diferencia de la temperatura del aire, que mide el calor del aire en sí, la temperatura radiante refleja el calor emitido por objetos o superficies, lo que puede influir significativamente en la percepción de confort de las personas.

En espacios con superficies frías, como grandes ventanales en invierno o paredes exteriores mal aisladas, la temperatura radiante puede hacer que los ocupantes sientan frío, aunque la temperatura del aire sea adecuada. Nuestra monitorización de la temperatura radiante ayuda a identificar estas variaciones para que se puedan ajustar los sistemas de climatización, la orientación del mobiliario, o las soluciones de aislamiento, garantizando un confort térmico uniforme y adecuado en el espacio.

Velocidad del aire y sensación térmica

La velocidad del aire es otro factor crucial para el confort térmico en interiores. Un flujo de aire adecuado es esencial para la ventilación, ya que ayuda a dispersar contaminantes y a mantener una temperatura homogénea en todo el espacio. Sin embargo, una corriente de aire excesiva o insuficiente puede afectar el confort:

  • Flujos de aire demasiado intensos pueden hacer que las personas sientan frío, incluso en ambientes cálidos.
  • Flujos de aire muy bajos pueden provocar una sensación de pesadez en el aire, reduciendo la ventilación efectiva y el confort en general.

Por su parte, la sensación térmica es la combinación de factores como la temperatura del aire, la temperatura radiante, la humedad y la velocidad del aire, que determinan cómo una persona percibe el ambiente térmico en un espacio interior. Aunque dos personas pueden experimentar la misma temperatura del aire, la sensación térmica varía según el calor radiante de las superficies y el flujo de aire.

Nuestros sistemas monitorizan tanto la sensación térmica como la velocidad del aire en tiempo real, permitiendo ajustar las tasas de ventilación y los sistemas de climatización para mantener un flujo constante y adecuado, adaptado a las condiciones específicas del espacio y de las necesidades de los ocupantes.

En ZEROCEM, queremos ayudarte a cuidar la salud de los ocupantes y revertir los impactos nocivos de algunos componentes de los edificios para maximizar así el rendimiento de tu empresa, y recuerda: Sustainable buildings for healthy people.

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